sábado, 28 de mayo de 2016
Carta abierta a una feminista radical
De vez en cuando discuto con feministas radicales que piensan que las chicas trans somos "socializadas hombres" y que si nuestro aspecto no es femenino entonces recibimos inmediatamente los privilegios masculinos. Se que no todas las feministas radicales piensan así, pero quería recalcar que hay quien lo hace. Es algo muy dañino el negar que recibimos el mismo condicionamiento que cualquier mujer, dado que nosotras también necesitamos deshacernos de él.
Una niña cis que juega con Barbies, que ve princesas Disney y que ayuda a su mamá con las tareas domésticas está recibiendo una influencia que le genera un rol social ¿No es cierto?
Bueno, pues si eso mismo lo hace una niña trans ¿Como podéis negar que está recibiendo esa misma influencia? ¿Como podéis insistir que está siendo "socializada como niño"?
Mi madre me hacía tarjetas de los osos amorosos para aprender los números. Me gustaban los pinypon y las polypockets. Veía Juana y Sergio, la panda de Julia y Sailor Moon. Me encantaban las películas de Disney, Cenicienta, la sirenita, Blancanieves, Bella,...
Algunas feministas presuponéis que como conmigo se usaba el pronombre masculino y con mis heroínas se usa el femenino, yo de alguna manera debía sufrir desapego hacia ellas. Pero lo que ocurrió fue lo contrario. Empecé a sentir que algo estaba mal conmigo. El patriarcado no nos dice que ser femenina es malo. Al contrario, nos lo vende como una virtud, algo que aplaudir... pero solo en las mujeres.
Si, yo sabía que no era una chica desde el punto de vista social. Pero en lugar de sentirme superior a otras chicas sentía que me faltaban virtudes para poder serlo, y eso hacía que me esforzase más por alejarme de la masculinidad.
No me educaban en la masculinidad, sino en todo lo contrario. A las niñas se les decía que debían comportarse como señoritas, que debían ser elegantes, no pelearse, no ensuciarse, ser tranquilas, estar calladas. Así que yo hacía lo mismo.
Cuando crecí se me dijo que los chicos eran unos cerdos a los que solo les interesaba el sexo, mientras que las chicas eran románticas y creían en el amor. Yo soy asexual y no creo que se deba a esto, pero si es cierto que toda mi vida he intentado evitar que la gente piense que soy como los chicos, que tengo deseo sexual y veo a las mujeres de esa manera. Hasta el punto que ahora rechazo el contacto físico con otras mujeres.
¿No se dice que a las chicas se les inculca que la masturbación es mala? Bueno, pues yo empecé tarde, y traté de dejarlo varias veces. Me sentía culpable. ¿Por que es tan difícil de entender que el mensaje que calaba en otras chicas, en mi también calaba?
A las mujeres se nos enseña que lo correcto es no destacar, dejar espacio, estar en segundo plano. Algunas feministas suponen que dado que no cumplo los cánones de belleza femenina, eso automáticamente me concede privilegios ante los hombres. Pero a los hombres se les ha enseñado a competir y no respetan a quien no entra a su juego. Si no alzas la voz, si no muestras fuerza, si no tienes poder no eres uno de ellos, y no confiarán en ti tan solo por el género que usan contigo.
Por supuesto que sigo teniendo algunos privilegios, pero son mínimos en comparación al condicionamiento que he asimilado. Y como muchas mujeres trans, con gusto los sacrificaré todos en cuanto me permitan dar los siguientes pasos de mi transición. La cuestión es que no podéis hacer dos bloques, femenino y masculino, e incluirnos a las mujeres trans en el masculino. Aunque nuestra experiencia sea distinta al de las mujeres cis, mucho más lo es que la de los hombres.
La simplificación binaria que a veces se propone no parte del feminismo: son prejuicios heredados del patriarcado, que nos sigue animando a ignorar la diversidad.
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