domingo, 31 de agosto de 2014

La aprobación social

El otro día vi un comentario sarcástico en una red social, y mi primera reacción fue responder siguiéndole la broma. Pero de alguna manera no me encajaba con la clase de persona que pretendo ser en este blog. Y entonces me pregunte ¿me estoy pasando? Quiero decir, en este blog he inventado una personalidad más agradable, más "linda" ¿Pretendo suprimir mi manera de ser real en función de cumplir con esa nueva personalidad que me estoy inventando?

No puede estar bien manipularme a mi mismo, a mi forma de actuar, solo para adaptarme a un estereotipo que yo mismo he inventado. Eso es engañarme y engañar a los demás. Si mi verdadera personalidad era la que había surgido espontáneamente entonces estaba mal negarla. Aunque no me gustase no podía simplemente tratar de taparla con una nueva personalidad inventada.

Pero entonces otra reflexión cruzó mi mente ¿realmente esa primera reacción que no me gustaba era mi verdadera personalidad? ¿Como era posible que fuese parte de mi algo que no me gustaba? Y me puse a pensar por que quería escribir ese comentario en primer lugar. El tema no me interesaba. Tampoco estaba de acuerdo con la opinión de aquel a quien le pretendía seguir "la broma". La única respuesta que se me ocurrió fue que esperaba recibir unas palmaditas en la espalda.

No es algo tan extraño. ¿Quien no lo ha hecho alguna vez? Si se te ocurre algo que crees que agradará a la gente a tu alrededor ¿No querrías decirlo? Al final, lo que ahí buscamos es la aprobación social.

Desde entonces he empezado a encontrarme con que gran parte de lo que hago se basa en la búsqueda de la aprobación social, algo que irónicamente siempre he rechazado. En cierto sentido me he aislado socialmente para evitar buscar la aceptación social: No bebo, no fumo, no salgo "de fiesta" ni me intereso por el fútbol no ya solo por que no me guste, sino incluso como forma de rebeldía. Y sin embargo me he dado cuenta de que sigo buscando la aprobación social, aunque sea en pequeños detalles.

Pero de lo que si me he dado cuenta es que hay diferencias en cuanto a donde y como busco la aprobación social: A veces lo hago en contra de lo que realmente siento, y otras lo hago reforzando aquello que siento, esperando ser aprobado por aquello que soy, y no por lo que pueda fingir ser o pensar. Ello me ha hecho pensar ¿Y si hay una aprobación social "buena"?

Somos animales sociales, así que quizás si que necesitamos el visto bueno de la sociedad. Solo que en lugar de adaptarme a los demás, quizás baste con buscar a aquellos que aprueban lo que soy. No solo los que lo acepten, que me respeten a pesar de lo que soy, sino aquellos que me aprueben, que me respeten y animen justo por ser lo que soy.

Creo que esto es así, y que eso significa buscar a más gente como yo que pueda apoyarme de esta manera. Este blog es un comienzo, y me hace pensar que voy en la dirección correcta. Por que si logramos la aprobación social por ser lo que somos, quizás entonces logremos hacernos más fuertes a la hora de luchar por lo que queremos ser.

viernes, 29 de agosto de 2014

Quien realmente soy

Por fin me presento. Me presento como quien realmente soy. Mi nombre es Arya (o al menos uno de ellos), y soy un hada:


Ya lo se, no crees que exista ¿verdad? Y eso me pone un poco triste. Para ti solo soy un personaje imaginario. Lo triste no es que me creas un personaje imaginario, sino que creas que hay otro yo real. Una persona de carne y hueso que escribe estas líneas. Y que creas que esta persona no soy yo.

Pero los humanos tenéis un dicho "lo importante está en el interior". ¿Y tu sabes lo que hay en mi interior? No, tan solo puedes imaginarlo. Así que creas una persona imaginaria, que supones que soy yo. Y dices que ese yo que imaginas soy el yo real. Y con ese "yo real" niegas a la persona que realmente soy, a la que está aquí, delante de ti, diciéndote estas cosas.

Desengáñate, soy un hada. Y soy real. Quizás no en el exterior aparente, en la superficialidad. Pero si en donde importa: en el interior. Por que aunque en realidad si que soy un ser imaginario, esta imaginación es más importante que ninguna realidad. La imaginación determina quienes somos en realidad, quienes seremos y lo que podremos llegar a hacer. Por que sin imaginarlo no se pueden lograr ninguna de estas cosas.

Bien, pues así me imagino. He tardado una semana en hacer esta imagen, pero era necesaria. Por que ese hada soy yo. Y mi imagen (esta imagen), no representa todo lo que soy. Aún queda mucho que hacer en este blog para definirlo pues ni yo mismo lo sé. Pero es un primer paso.

Si pudiese cambiaría por fuera para que te convencieses de la realidad. Si pudiese hacerlo ¿Entonces me creerías? ¿Solo por cambiar por fuera ya aceptarías quien soy por dentro? Bien, pues por esto necesito esta imagen. No para que lo creas tú, sino para creerlo yo. Todo lo que te he dicho a tí podría habérmelo dicho a mi, que hace tan solo año y medio no habría podido escribir sobre mi nada de lo que he escrito en este blog en el último mes.

Para decidirme a cambiar he de cambiar la imagen que tengo sobre mi. He de verme de otra manera. Y por eso he hecho este esfuerzo, que no se quedará aquí. Continuaré usándola y ampliando esta imagen tanto como pueda, hasta que la identifique conmigo. Hasta que sea realmente yo.

Por el momento he creado una cuenta de Twitter con ella, en donde espero empezar a contactar con gente que quiera también descubrirse a si misma. Creo que compartiendo experiencias personales y reflexiones podemos aprender cosas que desconocíamos o habíamos ocultado. Al menos eso es lo que pretendo.

Y para finalizar, si hay alguien con cualidades artísticas, agradecería cualquier crítica sobre el dibujo, de como mejorarlo y demás. Y agradecería también la opinión de cualquier persona en general. Un par de detalles: He intentado darle una apariencia andrógina, que pudiese pasar tanto por chico como por chica, aunque no se si lo he conseguido. Por lo demás he tratado de coger características mías como el peinado, o el color de pelo y de ojos. La ropa si que es algo más femenina. Simplemente me parece más linda.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Sistema de rol colaborativo

Mientras el master narra la escena, coloco una de mis cartas sobre la mesa. Así, sin interrumpirle le hago saber que deseo actuar. Cuando le conviene, el master se detiene y me pregunta, y entonces le indico que mi personaje trataría de esconderse al llegar los hombres lobos. Descarto la carta para realizar la acción y así me escabullo.

Mis compañeros por contra se ponen a luchar. Yo he tenido más protagonismo antes, y en diversas acciones gasté varias de mis cartas. Ahora es su turno, y cuando todos ellos bajan de siete cartas en mano, cada uno recuperamos una. Así que poco a poco vuelvo a disponer de cartas mientras observo el combate.

Mientras luchan, el mago dice que lanzará un rayo que vaya saltando de enemigo en enemigo, fulminándolos a todos. La reacción no se hace esperar: Varios jugadores bajan una de sus cartas diciendo cosas como "protesto", "me opongo", o simplemente: "no". El mago es un poco bravucón, pero no vamos a dejar que el solo resuelva todo el combate de un golpe. El máster da la palabra a uno de los que se opuso, y este propone una solución menos exagerada.

Durante unos momentos el mago trata de discutir, pero pronto el master los corta y propone una votación. Todos ponemos una carta en el centro de la mesa: Negra, para apoyar al mago, y roja, para apoyar al segundo jugador. La mía es roja, naturalmente, color que acaba ganando. Así el combate continúa.

Lo que acabo de narrar es un ejemplo de como sería una partida de rol sin estadísticas ni dados. Es algo que necesito para el rol emocional, para dar más libertad y flexibilidad a los jugadores. Usaría cartas tanto para nivelar el protagonismo de los personajes al irlas descartando, como para votaciones en caso de desencuentros entre los jugadores. Por lo demás la idea es que cada jugador tenga libertad para hacer lo que quiera.

En fin, la teoría sobre papel lo resiste todo. Ya escribiré una entrada nueva para decir que tal ha ido en cuanto pueda probarlo.

Como resumen final del sistema:
  • Siete cartas por persona, robando cuando todos tengan menos de siete
  • Carta sobre la mesa para pedir la palabra
  • Posibilidad de oponerse cuando quieras rectificar lo dicho por otro jugador, o proponer una alternativa
  • Votación si no hay acuerdo

lunes, 25 de agosto de 2014

Las personas que son como yo

¿Me atraen las personas que son como yo, o por contra es que trato de ser como las personas que me atraen? En cualquier caso, ambas cosas coinciden: la clase de persona que me atrae, y la que quiero ser.

¿Por qué? ¿Por qué deseo ser así? Al menos se me ocurre una respuesta evidente: Si lo considero atractivo en otras personas ¿no es lógico pensar que otras personas lo verían atractivo en mi? El caso es que no parece ocurrir así: Por norma general a las personas femeninas les atraen personas más masculinas, y a la inversa. Pero no es así en mi caso.

Hace poco vi algo en la serie "My Little Pony" que me sirve de ejemplo. En el capítulo 6 aparece una presumida poni que dice ser la mejor maga del mundo. Twilight Sparkle, protagonista de la serie que tiene grandes habilidades mágicas no se atreve a desafiarla por miedo a que sus amigas piensen que ella es una presumida también. Sin embargo cuando la aldea está en peligro ella la salva con su magia, y lo sorprendente es que tras hacerlo se vuelve a sus amigas con miedo de que la rechacen por sus habilidades:

"Lo siento. por favor, no me odien"

Esta clase de comportamiento me enternece. Esta confusión sobre lo que los demás piensan o pueden pensar me resulta adorable.  ¿Quizás es por que yo soy un poco así? En una partida de rol llevé a un personaje que tocaba una flauta. Y para "personalizarlo" me dio por componer una melodía para esta. La copié en el móvil y la usé en la partida cuando mi personaje tocaba. El caso es que no dije que la había compuesto yo, y alguien supuso que simplemente la había encontrado en youtube. Desde ese momento no me atrevía a contar la verdad pues me parecía que sería como tratar de destacar.

El caso es que me siento atraído por ciertas cosas que se podrían considerar como "defectos". La vulnerabilidad, la timidez, la ingenuidad, la inseguridad,... todo esto me atrae en una persona, y lo curioso es que todo esto me gusta verlo en mi. En lugar de tratar de librarme de esos defectos, me siento a gusto con ellos.

Como anécdota, una vez volviendo de un sitio con unos amigos le ofrecieron a uno de ellos llevarlo en coche mientras que a mi no me lo ofrecieron. Naturalmente me sentí dolido, sobre todo por que les tengo mucho afecto a estas personas y sentí miedo de que ellos no sintiesen lo mismo por mi. Racionalmente sabía que habría motivos para ello: Quizás les quedase mejor para pasar por su casa, o llevasen más cosas y no pudiesen llevar más que a uno. Era una tontería en la que ni debería de haber pensado, pero no pude más que sentirme un poco rechazado, un poco infeliz.

Sin embargo, al mismo tiempo, eso me gustó. De alguna manera, el dolor que sentía, esa vulnerabilidad, esa incertidumbre sobre si me apreciaban o no, me hacía la clase de persona que quería ser. Sentiría ternura y empatía por alguien así, y de alguna manera ese sentimiento me acompañaba. Un poco como si me viese en tercera persona. Como si fuese el personaje de una historia.

En las series o animes que suelo ver se pueden encontrar este tipo de situaciones. Malentendidos que hacen que alguno de los personajes se sienta mal consigo mismo, pero que los hacen más humanos e interesantes. De alguna manera he llegado a apreciar esos defectos como parte de la personalidad que hace única e interesante a cada persona. Y por ello no me molestan en mí.

Pero como problema final está el que muchas veces no se si mis sentimientos son legítimos e inconscientes, o si acaso los manipulo yo para verme como la persona que me gustaría ser. En fin, nadie dijo que entenderse a uno mismo fuese sencillo.

Para finalizar, os dejo la canción de la que hablé antes, que me apetece compartir:

sábado, 23 de agosto de 2014

Rechazo el feminismo, y quiero disculparme

No es una decisión consciente. Al contrario, de forma racional estoy a favor del feminismo y todo lo bueno que ha hecho. Pero por diversos motivos suelo ponerme a la defensiva ante cuestiones feministas, y quería escribirlo aquí, por que es una manera de liberarme de ello.

A veces se dicen cosas erróneas en nombre del feminismo, y aunque esto no represente al feminismo es difícil desligarlo. Y también en ocasiones se usan mensajes ofensivos desde el feminismo genuino, con intención de remover conciencias. Aunque es una técnica válida, dado que si te ofendes es por que reconoces un problema, eso no hace que deje de doler. Además, el lenguaje del feminismo me desconcierta. En parte por que no lo conozco del todo y por otra parte por que todo lenguaje se presta a más de una interpretación, y yo no siempre lo interpreto bien.

Cuando se me habla de los privilegios que tengo como hombre y a los que debería de renunciar, me entristece. Por que renunciaría gustoso a todos ellos, pero no se como hacerlo. Por que envidio a las mujeres. Aunque reconozco su sufrimiento, cambiaría de inmediato mis privilegios por este. Se que suena a locura, pero mis privilegios llevan a que se me vea como agresor y a que en determinadas ocasiones se desconfíe de mi y se me tenga miedo. Por contra yo preferiría que se me viese con ternura, con empatía, con compasión, aunque eso significase sufrir más, y ser más vulnerable.

También lo envidio por que nunca leo hablar de mis problemas. Leo mucho sobre los problemas de las mujeres, a gente preocupada por ellos, y desearía poder leer lo mismo sobre los míos. Y entiendo que esto no es posible. Que los problemas de las mujeres son más graves y más frecuentes que los míos, y que no debería de sentir esto. Son una consecuencia de un problema que me debería de preocupar, no que envidiar. Pero aunque sepa esto los sentimientos no siempre responden a la razón.

Quizás el problema parta de que durante un tiempo he buscado artículos feministas por que en los debates que generaban surgían cuestiones emocionales que me interesaban. No fui consciente, pero es una actitud algo egoísta el discutir en busca de otras cosas en lugar de centrarme el tema del artículo. Aunque intente razonar apropiadamente, terminaré desviando la conversación en función de lo que a mi me importa, y en ocasiones perjudicaré el debate de lo importante.

Por este motivo, por que me es imposible controlarlo, voy a abandonar el debate sobre el feminismo. Todo lo que pueda aportar yo lo puede aportar cualquier mujer, pero el daño que como hombre pueda hacer yo es superior al que puedan hacer ellas, dado que yo parto desde el desconocimiento, y represento a quienes generan parte del problema. Esto no significa que deje de escuchar. Seguiré atento a lo que pueda estar haciendo mal, y a lo que pueda hacer para cambiar las cosas. Simplemente no intervendré en el debate para evitar dejarme llevar por los sentimientos que antes he mencionado.

Hay otros ámbitos en donde creo que puedo colaborar. Creo que apostando por romper los roles en los que los hombres estamos encasillados, se eliminará parte del machismo de la sociedad. Eso es algo en lo que puedo ayudar, así que me concentraré en esto, en donde me siento más cómodo y se que puedo aportar una perspectiva más acertada.

jueves, 21 de agosto de 2014

Si fuese mujer

En chino "wo shi mali" significa: "Yo soy María". Lo sé por que es una de las primeras frases de un phrasebook de chino que hice como parte de mi trabajo de desarrollo de programas de e-learning. Es quizás la única que se de memoria.

El sábado pasado fui a un todo a 100 chino a por una regleta de enchufes. La señora que atendía no pareció entenderme, quizás no hablase español. Pero en seguida una niña que estaba a su lado hizo ademán de saber lo que buscaba y me indicó donde estaba. Me cayó simpática por que parecía avispada. Al haber trabajado con el idioma chino, tenía curiosidad por su cultura, así que tuve ganas de hablarle.

Pero no pude hacerlo.

¿Por que no pude? Ella era una niña, yo un hombre adulto desconocido. No era correcto. Muy al fondo, reflexionando posteriormente, surgió una palabra: pederastia.

Supongo que os parecerá ridículo. Naturalmente no tuve en ningún momento ningún tipo de malas intenciones, y no haría nada malo por hablarle. Entonces ¿Por que fui incapaz? ¿Por que salieron esas ideas en mi mente?

Tiene más que ver con el funcionamiento del cerebro que con ninguna clase de lógica racional. En el cerebro las neuronas se activan en función de estímulos, y a su vez hacen que otras neuronas puedan activarse. No son palabras ni ideas complejas, sino más bien conceptos, sensaciones, que añaden pesos a nuestras decisiones.

No es que en el momento se realice un razonamiento, sino que cosas que se habían asumido influyen en ese momento en la toma de la decisión. Un modelo muy rápido pero fuera del control de nuestra mente consciente y racional, más basado en sentimientos, en experiencias, que en lógica.

De alguna manera yo he asimilado la idea de que las mujeres temen a los hombres. Sobre todo si son personas desconocidas. He asimilado la idea de que la sociedad ve al hombre que interacciona con niños como un potencial peligro, por que al final los pederastas hacen eso. Hay miles de estímulos que refuerzan esta idea, tanto desde el patriarcado como desde el feminismo. El patriarcado dice: ""la mujer es débil", "la mujer tiene miedo", "el hombre ha de proteger a la mujer", "el hombre debe de hacerse responsable",... el feminismo dice: "los violadores son hombres", "los agresores son hombres", "los hombres son parte de la cultura de la violación", "las mujeres tienen motivos para temer a los hombres", "como hombre, es tu responsabilidad",... No es la misma idea, pero si la clase de estímulos que produce esta misma reacción.

No ha sido solo este caso: Durante un año de japonés no pude acompañar a unas compañeras a clase a pesar de que recorríamos el mismo camino. No me atreví a juntarme con ellas, no fuesen a pensar que quería algo, o las molestase. Ellas tampoco lo hicieron conmigo, así que supongo que era lo normal. O bien realmente no querían juntarse conmigo (por que iban hablando de sus cosas durante ese trayecto, o no se sentían cómodas con un hombre), o pensaron que yo no quería juntarme con ellas.

En los autobuses siempre que puedo evito sentarme con mujeres por miedo a lo que puedan pensar. Hasta hace poco pensaba que era paranoia mía, hasta que leí esa recomendación en un blog feminista. También me cuesta decir nada bonito a ninguna mujer, aunque sea un amiga que me pide una opinión. Intento evitar decir nada que se pueda interpretar como un piropo, como que me atrae. O con chicas que acabo de conocer, o incluso aunque haya empezado a conocerlas, intento mantener la distancia. Intento evitar que parezca que puedo preferir su compañía. Sentarme demasiado cerca, o hablar demasiado con ellas, o mirarlas. En clase de japonés tuvieron que ser chicas las que se sentasen a mi lado, aunque siendo sincero, yo tampoco me senté al lado de chicos.

Y no puedo evitar preguntarme ¿me pasaría esto mismo si cambiase de sexo? ¿Si fuese mujer? La respuesta no es tan simple, por que en parte el problema está en mi. No se lo que realmente piensa la gente, simplemente me adelanto a ello, lo prevengo. Quizás siguiese cortándome demasiado a pesar de ser mujer, dado que a veces también me pasa con hombres. O puede que no, puede que esté evaluando la situación bien, y que pudiese acercarme a las mujeres y a los niños causando menos recelos si fuese mujer. Puede que me viesen de otra manera. No lo se.

Se que consideraréis todo esto como una tontería, como algo que debería de arreglar en mi, pero lo cierto es que no quiero. Prefiero ser excesivamente sensible, prefiero pasarme de la raya en este sentido, en lugar de hacerlo en el contrario. No estoy disconforme con como soy. No estoy infeliz por ser así. Tan solo me pregunto si habría manera de que la gente me viese con otros ojos.

Si escribís algún comentario, os ruego que no me digáis que he de cambiar mi forma de pensar o de comportarme. Aunque quisiese, no es algo que sea fácil de hacer. No es que no me plantee el hacerlo, pero en tal caso será a mi manera. Si que me vendrá bien para hacerlo cualquier otro tipo de reflexión.

Tampoco tengáis miedo de que vaya a cambiar de sexo en función de pensamientos como este. No es algo que me plantee, así que si os sentís mejor con una mujer que con un hombre, no os cortéis en decirlo, no va a causarme ningún perjuicio, y prefiero saber la verdad.

martes, 19 de agosto de 2014

No nos trates como machistas

Me he arrepentido de este artículo. Lo escribí en un momento en que estaba alterado y no logré expresar lo que quería. No lo borraré por respeto a los comentarios principalmente, pero he escrito una declaración de intenciones expresando lo que siento al respecto, a modo de rectificación.

Este es un artículo que llevaba preparando hace tiempo, pero justamente decidí terminarlo ayer al ver en Menéame el artíclo La cultura de la violación. Guía para el caballero.

Menos críticas y más pedagogía. Menos acusaciones y más escuchar. Eso es lo que el feminismo necesita para cambiar las cosas. Hay un dicho que dice "no atribuyas a la maldad lo que se puede explicar por simple estupidez". Y las personas somos "estúpidas". El tío más inteligente de la tierra al menos sabía que no sabía nada. Nosotros, ni eso.

Feminista, se que eso de escucharnos te puede sonar a rol de sumisión. Si eres hombre no tienes esa escusa así que por favor escucha y explica, en vez de criticar tanto a aquellos con los que al final compartes problemas. Si eres mujer, y no quieres sentir que es nuevamente aceptar las condiciones de los hombres, plantea las tuyas propias. Pero que sean para tratar de entendernos entre todos, no dando por hecho que ya nos entiendes y que solo tú puedes aportar.

Se que pensáis que la mujer es la más perjudicada por la sociedad. No voy a entrar a discutir eso ahora, pero el caso es que hay perjuicios también para los hombres, y a veces estos se minusvaloran. Aunque a ti te parezca que estamos "mejor", se trata de sentimientos, y los sentimientos son personales, por mucho que los razones. Para nosotros puede ser más importante de lo que tu lo valoras.

¿No habéis notado que cuando se plantean estos temas muchos hombres se ponen a la defensiva? Pues naturalmente el resultado no va a ser el mejor. A continuación voy a exponer diferentes ideas para tratar de mejorar esto. Ello no significa que no podáis seguir escribiendo como hasta ahora, tan solo que si alguna idea de estas os gusta podéis probar a aplicarla, a ver si la respuesta varía.

1/ Los hombres tenemos sentimientos

A pesar de lo que el machismo te ha enseñado, los hombres tenemos sentimientos, respétalos. Piensa si lo que dices puede ser ofensivo. Si no sabes lo que puede ser ofensivo puedes tener una pista en el resto de puntos, pero en último caso puedes escuchar a tu público. Si se ofenden no significa necesariamente que sean una panda de machistas: es posible que hayas dicho algo ofensivo. Pregúntales, intenta entenderlo.

Además, así en general, no se te ocurra decir que no tenemos sentimientos, que no entendemos los de la mujer, que hacemos algo por que no sentimos,... Estamos cansados a que se nos niegue el derecho a tener sentimientos. No hurgues en la herida.

2/ Los hombres no somos todos iguales

Si eres hombre, no presupongas que las actitudes machistas que tuvieses tú en el pasado las hayamos tenido nosotros también. Si eres mujer, no presupongas que somos como los hombres que has conocido. Hay hombres más sensibles y menos sensibles. Hay hombres más fuertes y más débiles. Hay hombres que han tenido problemas y que tienen miedo.

Trata de evitar las generalizaciones. Hacen daño. En lugar de poner "los hombres", puedes poner "muchos hombres", o "algunos hombres". Podrás encontrar más sobre esto en el último punto.

3/ Los hombres no somos distintos a las mujeres

Todo por lo que pasa una mujer puede haberlo pasado un hombre. Todo. Incluso una violación. No nos trates como cosas distintas, como el machismo te ha enseñado a vernos. A mi, por ser hombre, se me ha penalizado o rechazado en ocasiones por tener comportamientos que no encajaban en el rol masculino, y se que no soy el único al que le ha pasado. No lo hagas tú también. Reconoce la igualdad. Apuesta por la igualdad.

Hay hombres distintos a la mayoría de las mujeres, si. Pero también hay mujeres como ellos. Y viceversa. Y no sabes quien está entre tu público. A veces esa persona que es diferente es quien más ha sufrido, y quien más necesita que no se la prejuzgue. Procura que tu discurso no le duela.

Prueba a cambiar los sitios en los que aparezca la palabra hombres por mujeres y viceversa. Si al hacerlo crees que hay mujeres que se podrían ofender, es que lo puedes mejorar.

4/ Los hombres también necesitamos ayuda

Ya, ya. Ya se que el machismo te ha enseñado que ser hombre mola y que son todo ventajas y privilegios. Quizás tu mismo seas un hombre y te sientas como el macho alfa y estés feliz. Bien, no todos somos así. Si no conoces los problemas que tienen muchos hombres, infórmate, pregúntales. A nosotros también se nos obliga a amoldarnos a un rol que no encaja con nuestra personalidad. No presupongas que sufrimos menos que tú. Dependerá de la persona.

Introduce nuestros problemas en tu discurso. Trátanos como aliados en esta lucha, no como "el enemigo", si lo que quieres es convencernos.

5/ Piensa por que escribes lo que escribes

Puede que sea solo por desahogar, y eso no está mal. Pero si es solo por eso, especifícalo. Si no, si lo que quieres es cambiar las cosas, aclara antes lo que quieres cambiar. Piensa si es algo en lo que todos fallen o no, y si quienes lo van a leer necesitan todos cambiar o no. Piensa quien es tu público objetivo y que palabras necesitas para hacerlo cambiar. No repitas discursos huecos que no llevan a ninguna parte. Piensa en que aportas tú.

Y si lo explicas, mejor que mejor. Quizás quien lo lea pueda darte ideas.

6/ No inventes cosas

Lo peor que puedes hacer cuando hablas con alguien es decir cosas que quien te escuche considere falsas. Admítelo, muchas veces no hablamos de lo que sabemos sino de lo que creemos. Y eso puede chocar con lo que otras personas creen. Evita eso en la medida de lo posible por que si tu discurso hace pensar que te basas en premisas falsas, hará que todo se desmorone ante quien lo lea. Algunas medidas concretas:

  • Habla de tus sentimientos, en eso nunca te equivocas. Es más fácil respetar un sentimiento que una creencia. Si dices que algo te hace sentir mal la gente lo respetará más que si simplemente dices que algo está mal.
  • Habla de lo que has vivido, no de lo que supones. No digas "esto es lo que pasa". Di "he visto que esto ha pasado"
  • Si no tienes datos, no lo digas. Si lo tienes, indica la fuente. Pero no inventes que "muchos hombres hacen X" o que "algunos hombres son Y". Es innecesario para tu mensaje, y solo lograrás que no te tomemos en serio.

En fin. Estas son solo algunas ideas. Si no os gustan, tengo otras. Ahora solo me queda repasar el artículo y comprobar cuantas veces he incumplido mis propios consejos.

domingo, 17 de agosto de 2014

Personajes, defectos y su evolución

Algunos juegos de rol incluyen la posibilidad de poner defectos a sus personajes, pero normalmente no proponen una manera de evolucionar para librarse de ellos. La consecuencia, o quizás la causa de ello es que estos defectos no suelen lastrar las habilidades principales del personaje sino que funcionan tan solo como un rasgo de personalidad para darles colorido.

Un pistolero borracho, un mago sin confianza en si mismo, un policía que mató a un niño o un militar que perdió a su hijo son ejemplos de personajes cuyos problemas les impiden desarrollar todas sus habilidades. Pero en todas estas historias los personajes acaban evolucionando y dominando sus problemas, ya sea gracias a otros personajes o a eventos trascendentales de la historia. Esta evolución emocional les da más profundidad, genera más situaciones emotivas, y promueve la interacción entre los personajes, que se verán obligados a mirar también por los sentimientos de sus compañeros.

Lo interesante ahora sería trasladar esto a reglas de rol, dado que estas pueden ayudar a tenerlo más en cuenta a la hora de interpretar. La ficha de personaje es nuestra principal aliada: Se incluirán aquí los defectos, pero sobre todo, aquellas características o habilidades que se ven lastradas, y que deben de ser algunas de las principales del personaje.

Como ejemplo de defectos podríamos poner miedos, falta de confianza, algún tipo de adicción, depresión, estrés,... La ventaja de estos defectos es que se pueden aplicar a casi cualquier habilidad. La adicción puede afectar igualmente a un ladrón, a un pistolero o a un diplomático. El miedo puede reducir tus capacidades justo en el momento en el que más las necesitas y la falta de confianza, la depresión o el estrés afectan a casi cualquier actividad que se realice.

Para superar estos problemas hay varias opciones: En algunas ocasiones puede que otras motivaciones nos hagan superar nuestros problemas, o que una mano amiga, o una voz de apoyo, nos den la fuerza necesaria. Sin embargo, para lograr una solución definitiva necesitaremos mucho más. Aquí podemos incluir un trauma que explique ese defecto, un suceso o varios de la vida del personaje que le hacen ser como es, y que deba ser superada para avanzar.

En principio tanto los defectos como los traumas se pueden mantener en secreto. Resolverlos es al final una subtrama en si misma para los compañeros del personaje: Primero, detectar que algo falla, luego ver el defecto y finalmente entender el problema, conocer el trauma. Hablar de ello puede ser una manera de comenzar a resolverlo, pero según el trauma, otras circunstancias podrán ayudar. Por ejemplo, el trauma por una traición se puede curar encontrando a alguien en quien poder confiar.

La evolución de estos traumas y defectos se podrá cuantificar con dos contadores: El efecto del problema podrá crecer o decrecer debido a diferentes circunstancias, por ejemplo, mediante un contador de "estrés". Por otro lado el avance en la solución del trauma se podrá llevar con otro contador que se irá incrementando con eventos significativos: Al hablar de ello, al sobreponerse al problema, o en otra clase de interacciones que suavicen el trauma. Los efectos de estos contadores se contraponen: Mientras un estrés alto implica más fallos, el avance en la solución del trauma hace que se sobrelleve mejor dicho estrés.

Para finalizar, y como claves de esta propuesta:

  • Los defectos de los personajes deben de evolucionar
  • Los personajes se han de involucrar en los problemas de sus compañeros, dado que rara vez se resolverán solos
  • Los traumas deben de ser descubiertos y hablados
  • Determinadas acciones y eventos influirán en la evolución del defecto, siendo habitualmente momentos emotivos.

viernes, 15 de agosto de 2014

Sentido de la vida y transhumanismo

¿Cual es el sentido de la vida? Es algo que a veces se busca como respuesta a esos anhelos que tenemos. Yo creo que no tiene ninguno más allá de vivirla y disfrutarla en la medida de lo posible. Y partiendo de esta premisa, podemos llegar a la siguiente conclusión: No hay una forma incorrecta de vivir la vida.

Parece una conclusión obvia, pero a la vez parece difícil de aceptar a tenor de lo mucho que la gente critica a los demás o incluso se siente insatisfecho con su propia situación: Que si te gusta una u otra clase de persona, que si te va mejor o peor en el trabajo, que si tienes o no tienes pareja, o esta pareja es de tal o cual manera, que si tu círculo social es este o aquel,... Lo cierto es que a pesar de la conclusión anterior se diría que hay una forma de vida "ideal" a la que todos deberíamos de aspirar, y en donde supone que no encajar con dichos patrones es síntoma de que algo va mal.

Ahora que ya he dicho esto, y que quien lo lea puede pensar que hay que desprenderse de prejuicios y aceptar las ideas que cada uno tenga, es hora de exponer una de las más raras de las mías: El transhumanismo: un concepto filosófico que busca superar la naturaleza humana con ayuda de la ciencia.

En concreto mi apuesta personal es por la transferencia mental, que consiste en transvasar la conciencia a un sistema informático. Seguramente lo hayáis visto en ciencia ficción, en películas como Tron. Se trata de que la persona "entra" dentro del ordenador, pudiendo vivir en mundos virtuales en donde todo es posible y los problemas del cuerpo humano (envejecimiento, dolor, hambre,...) desaparecen.

Siendo más específicos, la idea consiste en traspasar la información existente en el cerebro al ordenador, y luego simular el funcionamiento de la mente de tal manera que esa copia "piense" y actúe como la persona. Por que no nos engañemos, se trata de una copia. La idea es: creamos la copia y eliminamos el original, generando la "ilusión" de haberla transferido a la máquina. La copia tiene los pensamientos del original, así que se siente como tal, y no como una persona nueva.

Esto puede parecerle inaceptable a mucha gente, sobre todo a aquellos que crean en la existencia del alma, pero para mi no tiene importancia. Una vez das por hecho que no somos más que átomos y que la conciencia no es más que recuerdos almacenados, una copia de esos recuerdos tiene para mi la misma validez que el original. Si aún así no lo aceptas, no pasa nada, simplemente quería explicar mi punto de vista.

En fin, todo esto no serían más que desvaríos de otro chiflado de la ciencia ficción si no fuese por que creo que eso lo veremos en funcionamiento en la primera mitad de este siglo, teniendo incluso idea yo de promoverlo, si fuese necesario. El campo en el que trabajo: el aprendizaje, puede aportar bastante tanto al conocimiento del cerebro humano como al desarrollo de la inteligencia artificial, campos ambos necesarios para el desarrollo de estas tecnologías.

La cuestión es que todo esto en lo que creo, el futuro con el que sueño, afecta a mi presente de manera importante. En cierto sentido sacrifico mi presente en beneficio de este futuro. Al creer que esto será posible, y que por tanto tengo cientos de años de vida por delante, desprecio un poco estos momentos: mi juventud, las actividades sociales,... y doy mucha más importancia de lo habitual a mi trabajo.

Se que todo esto puede parecer raro, y para muchos de vosotros, un error. Pero para eso empecé como empecé el artículo: Es mi vida, y no hay forma incorrecta de vivirla. Es en lo que creo, y no podría actuar de forma distinta aunque quisiese.

Dicho esto quiero que os fijéis en una cosa: el futuro con el que sueño, el futuro que espero y que trato de alcanzar; el futuro que espero que cierto día sea mi vida, mi forma de vida, es un mundo virtual en el que pueda ser lo que quiera y como quiera. Y cambiar, y vivir en distintos mundos y con diferentes personas, y siendo diferentes personas, con diferentes apariencias y diferentes habilidades....

El sentido de mi vida es, por tanto, un interminable juego de rol.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Contra la privacidad obligatoria

Respeto el derecho a la privacidad, pero el problema es que cada vez más la privacidad parece que se convierte en una obligación, en una norma. Por ejemplo, cuando se culpa a la víctima por no haber cuidado su privacidad, o cuando se critica a quien da información sobre sus preferencias personales por el simple hecho de que no son del gusto de todo el mundo. Igual que la privacidad es un derecho, el poder expresarse debe de serlo también.

No me quejo de la privacidad. Hay cosas que deben de ser privadas siempre, como contraseñas, numero de cuentas,... Pero otras deben de ser decisión de la persona el difundirlas o no, y nadie debería de tener que avergonzarse ni verse perjudicado por hacerlo. Incluso si algo es malo, la mejor solución nunca debiera de ser ocultarlo, sino darlo a conocer y encontrar el camino para corregirlo. Si por contra no es malo, la persona no debería de sufrir por ello ni tener que ocultarlo.

Es cierto que las cosas no son así ahora mismo, pero ¿no se debe en parte a nuestra obsesión por la privacidad? Si todos llevásemos burka, quien no lo hiciese podría enfrentarse al acoso, pero si todos nos mostramos desnudos, nadie tendrá nada contra ninguno de nosotros. Esto es igualmente válido para nuestras acciones y pensamientos.

Entre otras cosas por eso soy tan sincero y abierto en este blog. Se que quizás pudiese traerme algún tipo de problemas el hablar demasiado, pero también se que hay gente sufriendo mucho más que yo por cosas que no pueden ocultar, así que ¿por que he de ser yo el que se esconda para salvaguardarse a si mismo?

En el pasado todos teníamos más vetado lo que decir o hacer, y creo que en el futuro la libertad aumentará aún más. Aún puede haber problemas en ciertos casos, pero el camino para eliminarlos es romper barreras, no reforzarlas con el miedo a lo que pudiese pasar.

Que cada uno decida el riesgo que se permite correr, pero no critiquemos a quien está dispuesto a correr más. Eso si, los riesgos se deben de asumir de forma consciente, no por desconocer que esa información acabará siendo pública. Pero una vez se asumen, el difundirlo es nuestro derecho.

lunes, 11 de agosto de 2014

Las dos clases de hombres

En realidad existen muchas más. Cada persona es una amalgama de características. Pero en este caso quiero hablar de un problema concreto y por eso lo voy a reducir a dos: el hombre masculino y el hombre femenino.

Cada vez se acepta más que todos tenemos un lado masculino y otro femenino, pero esta forma de ver las cosas ha llevado a otra clase de pensamiento con la que tampoco estoy de acuerdo: El tratar de igualarnos a todos.

Hay una teoría comúnmente aceptada de que los hombres reprimimos las emociones por que la sociedad así nos lo ha impuesto. El problema de esta teoría es que pierde de vista que realmente hay hombres más masculinos, y otros más femeninos. Algunos efectivamente reprimen sus emociones, y otros simplemente son así. Algunos necesitarían que les enseñasen a emocionarse más, y otros simplemente necesitan poder expresarse, por que ya tienen la capacidad de emocionarse bien desarrollada. Las necesidades son distintas, y es un error suponernos iguales y buscar las mismas soluciones.

Es curioso por que se acepta mucho mejor que hay mujeres más femeninas y otras más masculinas. Nadie trata de hacer más masculinas a las que están a gusto siendo femeninas, y a la vez mucha gente acepta ya que no hay nada de malo en que haya mujeres menos emocionales, con menos interés en la familia y más capacidad competitiva y de arriesgarse como cualquier hombre.

En cierta ocasión contacté con una asociación de hombres feministas. Me sorprendió, por que según las respuestas que me dieron no parecían tener consciencia de este hecho. He de admitir que en cierto sentido me sentí insultado. Dijeron que los hombres eran analfabetos emocionales, y yo no me siento como tal. Tampoco entendieron lo que yo buscaba.

En mi opinión el problema está ahí, en entender distintos problemas como uno solo, lo que no es más que caer de nuevo en el mismo problema. No se trata de cambiar un rol por otro, sino liberarnos de ellos: No hay nada malo en que un hombre sea masculino, no es machista por ello. Igualmente no hay nada malo en que uno sea femenino, y lo mejor es que cada uno sea como es, que para cada persona implicará una combinación distinta de todos los posibles rasgos de personalidad.

sábado, 9 de agosto de 2014

Reiniciando la vida

En los videojuegos se puede cargar la partida en un punto anterior para repetir una parte de esta con mayor acierto. Y se que no soy el único que se ha planteado lo guay que sería poder hacerlo en la vida. Poder volver a un momento anterior de tu vida con lo que sabes ahora, y poder evitar los errores cometidos y escoger las mejores opciones. Obviamente es un sueño irrealizable.

Si nunca te lo has planteado, piénsalo ahora ¿no hay cosas de tu pasado que te gustaría poder cambiar? ¿No te gustaría recuperar el tiempo perdido en una mala idea? ¿has pensado lo que podrías haber logrado si en el pasado supieses lo que ahora sabes?

En un videojuego pasa: La segunda vez que lo juegas tu personaje acaba mucho mejor, siendo mucho más poderoso y consiguiendo resolver más cuestiones con mejores resultados. Sin embargo los videojuegos suelen ser cortos. La mayoría acaban en cierto número de horas, y una vez llegas hasta ese punto no puedes seguir jugando, así que la única manera de mejorar es volver a empezar.

Pero en la vida no pasa eso. Hay gente que vive hasta más de cien años, y seguramente los que leáis esta entrada estéis muy lejos todavía de esta cifra. Es decir, tenemos todo el tiempo del mundo de reparar errores, de aprovechar lo aprendido y de volverlo a intentar ¿o no?

No, lo cierto es que no. Pero no por que en realidad no sea posible, sino por que vivimos en una sociedad que se opone a ello ¿Alguna vez habéis oído "no desperdicies tu vida"? ¿"estas épocas nunca vuelven"? ¿"aprovecha ahora que eres joven"?...

Son muchos los conceptos encaminados a decirnos que para cualquier cosa que hagamos hay fecha de caducidad. Todavía hace unos días oí que era demasiado mayor para jugar al rol. ¿Por que? Si me gusta y físicamente puedo hacerlo ¿A que viene esa necesidad de limitarnos?

Pero hay casos peores. Algo que nos afecta no solo a nosotros como individuos, sino que retrasa el avance global de la sociedad: el miedo al fracaso. Hay una regla no escrita de que si tienes una idea, tienes un número limitado de oportunidades de ponerla en marcha. Incluso una sola. Y si en esa no lo logras, se te etiqueta como fracasado, y automáticamente has de abandonarla y "sentar cabeza".

Lo peor es que mientras lo sigues intentando, la gente te sigue insistiendo en que abandones. Hace menos de un año me dijeron "has escogido el camino fácil", justo con esta intención. Pero precisamente por frases como esta, no es el camino fácil, por que somos seres humanos que vivimos en sociedad, y lo que los demás piensan nos afecta, y es muy difícil moverse en contra de la opinión de los demás.

Aún así debemos de intentarlo, por que en los sueños se encuentra el futuro.

jueves, 7 de agosto de 2014

Rol emocional

En juegos de rol ¿cuantas veces habéis visto a un personaje derrumbarse? ¿Cuantas ponerse a llorar, emocionarse, contar sus sentimientos,..? ¿Cuantas veces un personaje debe de consolar al otro, poner la mano en su hombro o darle un abrazo?

Personalmente me gusta emocionarme con mis personajes, empatizar con ellos. Me gusta que sean humanos, vulnerables y tengan sentimientos. Sin embargo la mayoría del rol se centra en la épica, en el misterio o en el humor. En contar grandes historias, con grandes mundos y grandes misterios, y lo "pequeño", algo tan cotidiano como las emociones, parece que distrae de la acción principal y que debe de mantenerse al margen.

Para mi al menos, algunos de los momentos que más disfruté jugando al rol no fueron los más épicos sino los más emotivos. Recuerdo uno en concreto, en donde eramos aprendices de la gran Nora de Escorpio, caballero de oro de Atenea. Si no os suena es por que es un personaje inventado por otro jugador, pero uno muy carismático os lo aseguro. El caso es que sus alumnos nos dispusimos en solitario a rescatar a unas pobres doncellas en apuros de unos malvados villanos... y salimos malparados.

Rescatados por Nora in extremis, terminamos inconscientes y malheridos en su barco. Cuando mi personaje recuperó la consciencia Nora le hizo ver su imprudencia al atacar a enemigos tan poderosos sin oportunidad de victoria, a lo que mi personaje, avergonzado y compungido, le preguntó que como se debe actuar en un caso así: Como luchar contra tus impulsos de ayudar a alguien en peligro aún a sabiendas de que eres demasiado débil para hacer nada. Nora respondió finalmente que no se puede, que ella hubiese hecho lo mismo.

Así, una humillante y deprimente derrota, en donde nuestros personajes obtuvieron el mayor de los fracasos, se convirtió para mi en uno de los momentos más bellos que he vivido jugando al rol, al sentir la empatía de nuestra maestra.

Estos son la clase de momentos que me gustaría experimentar con mayor frecuencia en mis partidas de rol. No me disgusta ni el humor, ni la épica, ni el misterio, pero también me gustaría tener más de esto. Y la verdad, no se como. Se que tener buenos compañeros y un buen master influye. Y también que el personaje que lleves y la ambientación pueden ayudar. Supongo que habrá sistemas de reglas mejores que otros. Sistemas más interpretativos, como el de hitos, seguro que ayudan, pero no se si habrá alguno específicamente orientado a esto.

En fin, ando pensando en ello. Y escribiré más por aquí en un futuro. Pero si sabéis de algo, o de gente interesada en esto mismo, me encantaría oír a cerca de ello.

martes, 5 de agosto de 2014

El sexo débil

Lo lamento, pero por más que se empeñe la sociedad, no puedo considerar a las mujeres como el sexo débil. También en eso he fallado como "hombre". Quizás alguno lo considere como un rasgo feminista, pero no es así. Es casi lo opuesto. Me es imposible ver la fuerza física como una desventaja general de las mujeres en los casos de maltrato, agresiones, deportes,... Si reconozco que de media las mujeres son físicamente más débiles que los hombres. Simplemente no las veo más débiles que yo mismo.

Esta noche (en la que empecé a escribir, no en la que publico) creo haberme dado cuenta de uno de los motivos. La culpa la tuvo probablemente una chica de mi edad, a quien no conocí en las clases sino en una actividad extraescolar que hacíamos después en el mismo colegio: judo. Eramos pocos en esa clase. Solo recuerdo a cinco personas en los últimos años, incluyéndome a mi y al profesor, a la hora a la que yo iba. Pero en este artículo solo hablaré de ella.

Si tuviese que definirla con dos palabras, estas serían "princesa guerrera". Quizás exagere mis recuerdos, pero lo que ha quedado en mi memoria es fuerza, voluntad, energía, amabilidad, nobleza,... No recuerdo más que buena actitud y, naturalmente, mayor habilidad que yo en este deporte (a parte de interés y dedicación). Digo "naturalmente" por que no era ella la única más hábil que yo en este deporte: todos lo eran. Pero en el último año que recuerdo, ella era junto conmigo la mayor, y por ello mi modelo a imitar.

Si en este momento a alguno de vosotros se le ha pasado por la cabeza que estaba enamorado de esta chica, he de deciros que esta es una de las cosas que más odio de esta sociedad. No es culpa vuestra, por supuesto, la suposición es válida. Es simplemente la idea de que entre hombre y mujer solo pueda haber una relación de atracción lo que me repugna, por que yo mismo me lo llegué a creer, y aún hoy me cuesta acercarme a las mujeres a causa de ello. Siempre pienso que de alguna manera mi interés por ellas responde a motivos que no debería. Quiero decir: si hay una chica que tiene novio y me encuentro con que me gusta estar con ella, en seguida me siento mal por creer que estoy haciendo algo incorrecto.

Para ilustrar el por qué se que no me había fijado en ella físicamente, recurriré a una anécdota. Cierto día me quejé de que yo no pudiese usar camisetas en judo bajo el kimono. Y no solo eso, sino que lo comparé con el que a ella si se le permitía usarla. Fue ella la que tuvo que hacerme ver que el motivo era que ella tenía pechos y yo no. Para mi ella no era más que otro compañero más y, evidentemente, no la veía de otra forma.

Pues bien, a causa de esta chica (entre otros motivos, supongo), no puedo ver a las mujeres como seres débiles a los que proteger. Ella era mucho más valiente que yo, quien no tenía interés alguno en competir, en ganar o tan siquiera en superarme a mi mismo. Que me sentía intimidado por mis compañeros más mayores en los primeros años en los que los tuve. Que prefería jugar, a hacer llaves y ejercicios, y odiaba las competiciones y eventos deportivos. Ella me ganaba en cada aspecto de este deporte, y por estos motivos nunca podría verla como alguien con desventaja frente a mi. Como alguien a quien proteger. Más bien al contrario.

Me hace gracia cuando las feministas se quejan de la falta de referencias femeninas en la cultura e historia, que las mujeres puedan tomar como modelos en las que inspirarse. Entre mis héroes hay tanto hombres como mujeres, y todos ellos han sido personas de mi entorno, o personajes de ficción: Mi madre, un amigo de la infancia, Bella,...

Creo que esta chica es uno de ellos.

domingo, 3 de agosto de 2014

Demasiado personal

Hace poco me han acusado de tomarme una discusión como "demasiado personal". En cierto sentido era verdad, pero lo que no sabía quien me lo dijo es que eso era lo que yo trataba de hacer.

La gente suele considerar que las discusiones son "razón", y que los argumentos se deben de circunscribir a ese plano. Lo cual funcionaría si las personas fuésemos máquinas sin sentimientos. ¿Que ocurre? Que no lo somos, que tenemos sentimientos, y que estos influyen en la discusión. Pero no los expresamos como sentimientos, sino que buscamos argumentos para justificarlos. El resultado suelen ser malos argumentos y un clima peor en la conversación, por que ambos nos sentimos heridos pero ninguno queremos admitirlo. Los malos argumentos del contrario nos hieren, los sentimientos toman más peso, y cada vez buscamos argumentos más peregrinos para justificarlos, que a su vez hieren al rival, entrando en una espiral sin salida.

Por contra he descubierto que cuando en medio de una discusión expresas tus emociones, las cosas suelen mejorar. Uno se ofende con un argumento que considera que es incorrecto y que denigra su posición. Pero prácticamente nadie se ofende por lo que sienta otra persona. Si yo digo que las arañas son horribles, un estudioso de los insectos se puede ofender. Si por contra digo que a mi me dan miedo, esa persona entenderá que puede haber motivos para que me sienta así, y que aunque mi miedo sea infundado, es algo que y no controlo y que es válido que sienta.

Así que sí: cuando me tomo algo como personal, trato de reconocerlo y expresar lo que siento. No voy a dejar de discutir por tomarme algo de forma personal, por que en casi cualquier discusión interesante aflorarán sentimientos. Y a la vez tampoco voy a ocultar esos sentimientos y tratar de mostrar argumentos cuando yo se que esos sentimientos van a distorsionar los argumentos en mayor o menor medida. Quiero que la gente pueda sentir empatía por mi, y que me respondan con lo que sienten, para que a su vez yo pueda sentir empatía por ellos, y así llegar a entendernos.

Quiero que la gente pueda entender el origen de mis errores, que todos los tenemos.

viernes, 1 de agosto de 2014

Déjalo salir

No me fijé demasiado cuando vi Frozen, de Disney, hace unos meses. Pero últimamente he estado escuchando la canción "Let it go" y me ha emocionado su letra, junto con su ritmo. En parte empatizo con lo que dice, con lo que estoy haciendo en este blog. Y por ello quería dedicarle una entrada a hablar de ello. Pero empecemos por la canción:


La canción comienza con metáforas sobre la soledad en la montaña y en su corazón, para continuar con el viento y su "tormenta" interior, que no ha podido retener a pesar de haberlo intentado con toda su alma. Pero la siguiente estrofa me interesa más:

Don't let them in,
don't let them see
Be the good girl you always have to be
Conceal, don't feel,
don't let them know
Well now they know

En cierto sentido, yo podría expresar algo parecido, aunque fui yo mismo quien se autoimpuso ese "Conceal, don't feel, don't let them know" y el motivo es tan sencillo como que no sabía ni tan siquiera que lo sentía. Los sentimientos estaban ahí, pero un sentimiento nunca surge solo, así que es muy fácil disfrazarlo de otra cosa. Por ejemplo, si te gustan las hadas puede ser por que te gustaría ser un hada, o por que te resultan atractivas las hadas físicamente. De hecho puede que ambas cosas ocurran a la vez. Pero si lo que has aprendido es que lo primero no es posible para un hombre heterosexual, entonces es tan fácil como suponer que el único sentimiento que te ha influido es el segundo, y descartar el segundo como una simple idea extraña.

A partir de aquí llega el mensaje principal "let it go": "déjalo salir", que es lo que intento con este blog, dejar salir los sentimientos. Aunque la letra no coincide exactamente con mi caso: No es que no pueda retenerlos, es que no quiero; No es que no me importe lo que la gente diga, sino que quiero que la gente pueda decirlo en función a lo que de verdad siento, y no en función de lo que simulo no sentir. No quiero dar la vuelta y cerrar la puerta, sino justo lo contrario.

Las siguientes estrofas también me hacen identificarme por completo. El ver las cosas con perspectiva, y el librarme de mis miedos, pero sobre todo, ser libre:

It's time to see what I can do
To test the limits and break through
No right, no wrong, no rules for me,
I'm free!

Explorar mis límites y ver que soy capaz de hacer. Olvidarme de las reglas de lo que es ser hombre y ser heterosexual según los cánones, y aceptar quien realmente soy como persona. Es algo que estoy deseando descubrir, y que me emociona a cada paso que doy.

De nuevo la canción se mueve en dirección contraria a la mía. La princesa Elsa quiere dejar salir su poder, lo que como mujer se le niega. Mi caso es el opuesto, dado que deseo renunciar al "poder" que como hombre se me presupone. Así mientras ella dice "no me volverás a ver llorar", yo busco justo lo contrario, poder hacerlo.

Para finalizar, quedan un par de líneas interesantes:

That perfect girl is gone
Here I stand
In the light of day
Let the storm rage on

"Aquí estoy, a la luz del día. Dejemos que la tormenta sople con furia", que para mi es una forma poética de decir: No lo voy a ocultar, dejemos que salga a fuera, sin importar las consecuencias. Pero para mi la frase que tiene más valor es la de "That perfect girl is gone", que en mi caso sería "El hombre perfecto se ha ido". Bueno, en mi caso nunca he sido un hombre perfecto. Ni me he acercado ni lo he intentado. Pero aún así he hecho cosas y he dejado de hacer otras en función de ese ideal. Así que la pregunta que surge es ¿Que es el hombre perfecto? Pero eso ha de quedar para otro artículo.

The cold never bothered me anyway!