martes, 23 de diciembre de 2014

Autoginefilia

La autoginefilia es una parafilia que significa literalmente "amarse a uno mismo como mujer". Al parecer se refiere a la excitación sexual que sienten algunos travestís o transexuales al vestirse como mujeres o imaginarse a si mismos como mujeres. Es un tema controvertido por que no está del todo claro que esto sea así, y por que su origen es un intento de explicar la transexualidad en heterosexuales.

Uno de los puntos de partida que se pueden considerar erróneos de esta teoría es la de considerar que la transexualidad en heterosexuales requiere una explicación que no es necesaria en homosexuales. De alguna manera venía a implicar que es normal que una persona homosexual quiera cambiar el sexo para hacer coincidir su orientación con lo socialmente aceptado, mientras que la transexualidad en heterosexuales ya no encajaba en estas ideas. ¿Por que una persona heterosexual iba a querer convertirse en un homosexual del sexo opuesto, dificultándose así el conseguir pareja? Pues obviamente por que la orientación sexual y la identidad sexual no tienen nada que ver. No hacen falta otras teorías.

Pero el caso es que este tema me viene bien para explicar otra cosa que me ocurre, aunque no encaje completamente en la definición. En resumen: me gustan las mujeres que son como yo. No es la única clase de mujer que me gusta, pero si que creo que mi ideal cumple esas características: Sensibles, tranquilas, frikis, cariñosas, infantiles, vulnerables, con características femeninas pero no demasiado,...

Contra la corriente esa que dice que las parejas deben de complementarse, a mi lo que me atrae es lo que coincide conmigo. Por ello me pareció curiosa y similar la definición literal de "amarse a uno mismo como mujer", por que la mujer que más me gusta es aquella que es como yo mismo.

Aunque también me planteo que sea a la inversa. Quizás no es que me guste lo que es como yo, sino que trato de ser como aquello que me gusta. En mi cabeza al menos tiene sentido: Si hay un rasgo que apreciamos en los demás ¿no es lógico que tratemos de cumplirlo también nosotros mismos? Si a mi no me gusta la gente que trata de hacerse ver en exceso ¿No es normal que yo tampoco quiera verme como una persona histriónica?

Incluso físicamente, no puedo entender el cumplir un estándar que a mi no me gusta. Se que los hombres fuertes resultan más sexys, pero a mi no me gusta la idea de que mi atractivo vaya por ese camino. Igualmente tampoco me gusta la barba, ni el pelo en otras partes del cuerpo. Me gustan las mujeres bajitas, y en ese mismo sentido quizás prefiriese ser más alto, pero al tiempo mi ideal para mi mismo es no tener demasiada altura, sino más bien lo contrario. Y no me dejaría el pelo largo, pero coincide que tampoco es mi preferido en mujeres. También prefiero las mujeres con poco pecho, y no me gusta ni maquillaje, ni tacones, ni pendientes, ni vestidos demasiado femeninos. Y en cuanto a mi, no deseo tener una voz grave, ni un rostro demasiado masculino.

En resumen, me sorprende lo cercana que está mi imagen ideal de la imagen de mi chica ideal. Por ello me vino la idea a la mente al leer sobre la autoginefilia, como alguna clase de variante: amar a una mujer como uno mismo.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Problemas sociales

Hoy he visto la siguiente escena en uno de mis webcomics favoritos (aunque sea desde hace poco) que muestra muy bien determinados conceptos culturales que son difíciles de observar, así que voy a aprovechar para comentar algo sobre ello.

Primero hace falta explicar un poco del trasfondo: la morena (Rain) es una chica transexual. La rubia es su amiga Emily, quien está embarazada. Están ahora mismo en casa de la hermana de Rain quien no la acepta como chica, así que Emily ha venido para apoyar a su amiga. Hay que explicar una cosa más, como es natural a las chicas transexuales no les gusta que se ponga en duda su identidad de género, por ello la siguiente escena es especialmente complicada:


Todos vemos lo que está detrás de esta conversación, aunque no se diga: que dos chicas duerman en una misma cama no tiene problema alguno. Que lo hagan una chica y un chico es visto por la sociedad como un problema. En este caso Rain lo sabe, y por ello sugiere dormir ella en el suelo. Naturalmente Emily no lo permite, haciendo un papel perfecto de aliada trans. Ella la reconoce por su verdadera identidad, y sobre todo no ve en absoluto peligro alguno de que duerman juntas.Rain no llega a expresar en ningún momento el problema por que de hecho esas ideas van en contra de todo en lo que cree, y también por que expresar que Emily pueda sentirse incómoda es plantear unos prejuicios que en realidad Emily no tiene.

Además del tema de la identidad de Rain quería plantear otra cuestión: la de los prejuicios sociales respecto a la relación entre hombres y mujeres. Iré al grano: la teoría es que un hombre y una mujer no deben de dormir en la misma cama por que el hombre acabaría por aprovecharse a la mujer. Como buen prejuicio es simple y sin ramificaciones: No se plantea que la mujer pueda asaltar al hombre (es siempre la mujer la que se ha de sentir incómoda), no se plantea la posibilidad de la homosexualidad, ni de que no tenga por que haber deseo sexual o simplemente capacidad para actuar correctamente.

Es natural que un adulto se preocupe por adolescentes en situaciones en la que pueda ser lógico que tengan relaciones sexuales . Que ese mismo miedo se aplique a situaciones en donde no es razonable que se de ese caso, habla ya de un problema social. Rain no debería de tener miedo a ser rechazada por la posibilidad de hacer algo que ella nunca haría. Pero por desgracia creo que esta escena no es algo de ficción, sino un problema real al que muchos tenemos que enfrentarnos.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Si se sale de la norma, es peligroso

Buscando sobre fetiches y parafilias días atrás me encontré con la venta de ropa interior usada. Mi primera reacción fue de rechazo, pero me han surgido interesantes reflexiones respecto al tema.

Soy una persona bastante tiquismiquis así que el tema en si me da cierto asco, pero la verdad es que tampoco me resultan muy higiénicos ni apetecibles los besos con lengua y eso no me lleva a rechazar el concepto, ni veo nada malo en quienes lo practican. Hay muchas cosas que a mi no me gustan, tanto de carácter sexual como no sexual, y eso no significa que lo vea mal.

Me planteé si sería el tema del pago lo que rechazaba, como una forma de prostitución. Pero entonces pensé en la película Pretty Woman. Edward (Richard Gere) es un triunfador, un tipo con clase, un protagonista que no despierta rechazo sino en algunos casos incluso admiración, aunque recurra a la prostitución. El haber hecho eso no le define. Ahora imaginad que en lugar de contratar a una prostituta, se hubiese dedicado a comprar bragas usadas ¿No perdería encanto el personaje?

Vemos a Edward y podemos "entender" lo que hace y por que lo hace. Y ahí está la clave: tememos lo que no entendemos, o lo que la sociedad no entiende. Yo sinceramente no entiendo que ven las mujeres en los hombres, pero se que es parte de la normalidad social y por tanto no me preocupa. Otras actividades como puedan ser la masturbación, el sexo prematrimonial, la homosexualidad, la transexualidad,... todo ha sido rechazado en algún momento pero a medida que pasa a formar parte de la normalidad social lo vamos aceptando, aunque nosotros no lo practiquemos.

Y sin embargo, por muy tolerante que me sienta, mi primer impulso sigue siendo rechazar las cosas "raras". El único motivo que me queda es suponer que esas rarezas llevan aparejadas algo malo. El problema es el siguiente: cruzan la línea de lo socialmente aceptado situándose junto a otras actividades como la pedofilia, el acoso o la violación. Es fácil relacionarlo inconscientemente.

Y sin embargo no deja de ser una línea trazada arbitrariamente en la que nada tiene que ver lo bueno ni lo malo. Es como si viviésemos en una pequeña aldea rodeada de un bosque que nos diese miedo por el simple hecho de que no lo conocemos. Poco a poco vamos ganando terreno a ese bosque, pero por mucho que veamos que no hay nada malo en lo que ha ido entrando en la aldea, lo que aún no ha entrado nos sigue preocupando.

Yo rechazo mis propias parafilias. Hago conmigo esa misma asociación creo. Se que eso le ha pasado a algunas personas con la homosexualidad, y supongo que puede pasar con cualquier cosa que la sociedad rechace: que el propio involucrado no lo pueda aceptar. Es algo en lo que quiero trabajar, por que ahora mismo, aunque sepa esto, sigo sintiendo lo mismo.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Odio la programación

La sociedad está cada vez más obsesionada con enseñar a la gente a programar. Incluso Obama se ha subido al carro de esta nueva tendencia. La gente se pregunta por que hay pocas mujeres programadoras y las animan a aprender a programar. Bueno, pues yo llevo varias semanas pegándome con una actualización de mi app para evitar que tuviese errores. Ayer mismo la subí, y ¿sabéis que? Tuvo errores, y he tenido todavía que estar resolviéndolos esta mañana (en algunos casos ni abría la app).

Así que lo siento pero mi opinión es esta: la programación es horrible. Creo que todas estas iniciativas están perdiendo de vista el objetivo final: La programación no es más que una herramienta. Tratar de hacer que la gente ame la programación es como tratar de hacer que amen un pincel, o una partitura, o una llave inglesa. ¿Por que a las mujeres no les gusta la programación? Bueno, eso es por que a los hombres tampoco les gusta.

La mayoría de las historias de los hombres con la programación es la siguiente: Usan un ordenador, juegan a videojuegos,... y tarde o temprano se preguntan como pueden hacer ellos eso mismo. Es la creatividad y no la herramienta la motivación para aprender a programar. Y creedme si os digo que si los programadores pudiésemos resolver cualquier problema más rápido sin programar, no programaríamos.

Naturalmente cuando trabajas mucho tiempo con una herramienta acabas por conocerla bastante, por distinguir cunado se usa bien o mal y ver elegancia en ello. Por pensar en como mejorarla y disfrutar con esa clase de cuestiones. Así que habrá gente que diga que le gusta programar. En cierto sentido se puede ver así, pero creo que a la mayoría lo que nos atrae realmente es el resultado de nuestro esfuerzo.

En fin, con este artículo tan atípico tan solo quería disculparme un poco conmigo mismo por no haber escrito más por aquí estos días. La verdad es que lo he echado en falta y se me han ido acumulando unas cuantas ideas que no se si podré recordar ahora :D. Creo que veo un poco mejor donde están mis problemas, y quizás tenga un poco más claro lo que quiero y por donde empezar.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Arromanticismo

Hace tiempo fui al psicólogo. No puedo entrar en detalles por que el tema involucra a otra persona, pero el caso es que he recordado una de las cuestiones que me preguntó: Si me había enamorado alguna vez.

Quizás no fuese así la pregunta, pero lo que me sorprendió es que no aceptase que nunca me había enamorado. Para mi era muy natural: no había conocido a la persona ideal. Sin embargo el me insistía: "¿y ni tan siquiera con personajes de ficción?". A mi eso ya me sonaba a chino ¿como te vas a poder enamorar de personajes de ficción? Es decir, entiendo el concepto teórico, pero al final el personaje de ficción es una persona muy alejada, que no interactúa contigo, que está fuera de tu alcance,... simplemente no me parecía fácil que algo así me hubiese pasado.

Bien, creo que ahora lo entiendo mejor. Al parecer para la mayoría de la gente es normal enamorarse, y esto no tiene por que deberse a una conexión emocional y espiritual de un largo periodo. Hay personas que pueden tener sensación de enamoramiento solo por el aspecto físico o en base a una corta interacción. Lo que este psicólogo no parecía entender es que esto no nos pasa a todos.

Yo siempre he idealizado el amor como algo que se desarrolla poco a poco, entre dos personas que se complementan a la perfección y tras un largo periodo de convivencia. Me gusta la idea del amor a primera vista pero solo como una casualidad o el resultado de un "destino mágico" en una obra de fantasía, no en la realidad. Sin embargo creo que esta visión mía encaja poco con lo que la mayoría de la gente siente en realidad.

Hablando con otra persona posteriormente, me negaba también la posibilidad de que no me hubiese enamorado nunca. Naturalmente sin haberme enamorado no puedo saber como es estar enamorado, así que siempre me pueden decir "esto que sentiste es estar enamorado" y yo no podré decir que no. Algo así fue lo que pasó: tanto me bajo el listón que al final dije "ah, pues si". Quizás esté exagerando un poco, pero me suena a que me dijo algo como "¿alguna vez has mirado a una chica y has sentido algo? pues eso es enamorarse".

Naturalmente se muy bien que no es así. Creo que si me hubiese enamorado lo sabría, aunque sea solo por las descripciones que da la gente, que aunque vagas están muy lejos de cualquier cosas que pueda haber sentido. El caso es que no parece que la gente acepte la posibilidad de que haya gente que no se enamore. La única explicación que le ven es algún tipo de problema. Pero tras más de 30 años siendo feliz así creo que hay que tener cuidado con tratar de resolver problemas imaginarios.

En este contexto es donde creo que viene bien que exista el concepto de arromanticismo, que no significa no entender el romanticismo sino tan solo el no experimentar atracción romántica. Yo no niego que algún día no me pueda llegar a ocurrir, pero si creo que es necesario que la gente entienda que hay personas que son más enamoradizas y otras que lo son menos. Que yo puedo ser feliz sin necesitar pareja, y que si no correspondo a los sentimientos de una persona no es por que prefiera a otra o no sea lo suficiente, sino por que quizás no tenga este sentimiento, o no lo tenga tan desarrollado como otros.

Puede parecer una tontería, pero eso me cuadra con mi miedo a acercarme a la gente por miedo a hacerles daño. No temo que nadie me parta el corazón por que no espero nunca una relación en exclusiva a largo plazo, sino que por contra lo que temo es a rompérselo yo a alguien que espere algo que no le pueda dar.

Quizás algunos no creáis que pueda existir un caso tan extremo como una persona completamente arromántica que nunca se pueda enamorar, pero el concepto en si me parece necesario. Hace falta entender que existen muchos rasgos que se salen de los cánones a los que nos tiene acostumbrada la sociedad tradicional: asexuales, arrománticos, transgénero, homosexuales, bisexuales, género fluido,... me parece bueno que conozcamos que existen otro tipo de experiencias para no interpretarlo todo desde una norma conservadora que perjudique la convivencia estableciendo condicionantes innecesarios.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Rain

Una entrada muy apropiada con lo que está lloviendo hoy. Pero no, se trata de un comic web: http://rainlgbt.smackjeeves.com/comics/1046129/rain/


Me lo recomendaron, pero no había encontrado la web, y por fin ayer pude leerlo. Está en inglés, pero para quien se maneje con el idioma, merece la pena. Cumple ahora 4 años, pero me lo leí entero ayer (si, en lugar de trabajar como debería).

Narra la vida de un grupo de estudiantes con una interesante diversidad en cuanto a su orientación e identidad sexual, incluyendo conceptos que ya he tratado aquí como asexualidad, demisexualidad,... Lo más interesante es que pone estas etiquetas en su contexto, ante problemas reales de las relaciones y junto con las preguntas que se plantean en ellas.

Además, me encanta su protagonista. En ciertas cosas se parece a mi, y tiene esa clase de inocencia que tanto admiro.