lunes, 11 de febrero de 2019

Como supe que era trans

Hace unos meses un psiquiatra puso en duda que yo fuese trans (aunque reconocía no saber del tema). Lo mismo me pasó en la unidad de género de Aviles hace unos años. En ambos casos el problema era que yo no encajaba en el estereotipo: No había dado "muestras" de ser trans en el pasado.

El caso es que yo misma me he preguntado cuales eran esas "muestras" de ser trans. He analizado mi vida bastante para encontrarlas, y la verdad, no son tan claras como se suele contar.

Creo que reconocí que era trans en el año 2014, a los 33 años, pocos meses después de comenzar a escribir este blog. De hecho comencé a escribir el blog con la idea de que si aceptaba mi lado femenino dejaría de querer ser una chica, pero las cosas no funcionan así.

Ya un año antes era evidente que yo era trans para cualquiera que quisiese escuchar. Como ejemplo una discusión por Internet en donde yo mantenía muchos prejuicios transfóbicos, pero en la que acababa diciendo: "Conste que a mi me gustaría cambiar mi sexo, pero el caso es que no siento la necesidad, ni me hace infeliz el ser como soy".

Aún diciendo que quería ser mujer, no era capaz de reconocer que era trans. Y esto se debe a la falta de visibilizad positiva y diversa.

La propia transfobia interiorizada nos impide aceptar quienes somos. En aquellos momentos yo no me atrevía ni a rolear personajes femeninos. Temía que pensasen que lo hacía como parte de una fantasía de control masculino o algo así. Si había personajes predefinidos siempre esperaba a escoger la última para ver si sólo quedaban mujeres y que de esa manera fuese mi única opción.

Ese mismo verano empecé a jugar con personajes femeninos, pero aún no me atrevía demasiado. En una campaña que empezamos de Dragon Age, dejé caer algo a la master: "Si ya hay muchos personajes masculinos podría ser una chica (acercando más el personaje a Merril)". Por desgracia no entendió que esa era mi preferencia y acabé de nuevo jugando con un chico.

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Merril, de Dragon Age, personaje con el que me identificaba
Esta tendencia se podía ver incluso en juegos de ordenador. Los personajes que yo creaba nunca eran musculosos ni muy masculinos, pero casi siempre eran hombres. El primer personaje femenino que recuerdo que hiciese fue en Oblivion, y lo recuerdo por que le iba a enseñar la partida a mi primo y me pregunté que escusa pondría para explicar que había escogido jugar con una chica. Esto debió ocurrir sobre el 2010, con unos 29 años.

Si recuerdo haber buscado antes fantasías de transformaciones de hombre a mujer. En aquellos mismos años roleaba por Internet con esos temas, pero lo consideraba una fantasía o un fetiche. También seguía desde mucho antes comics sobre transformaciones en donde algunos de sus personajes se convertían en chicas, como misfile, the wotch o elgoonishshive. Por la fecha de inicio de estos comics, quizás empezase a leerlos en el 2004, con unos 23 años.

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Transformación en elgoonishshive

Puedo recordar también querer crear una copia virtual de mi misma en un ordenador. Y que esa copia sería una chica. Y sentir envidia de ella. Pero no sabría decir de cuando es este recuerdo. Esto partía de una idea que había estado desarrollando desde los 12 años. En clase nos mandaron dibujarnos en nuestro empleo del futuro, y yo lo hice de científica. Y en el laboratorio puse un robot dentro de una máquina. Lo que no se sabía sólo viendo el dibujo es que planeaba meter mi mente dentro de ese robot.

¿Puede ser ese desapego a mi propio cuerpo un signo de ser trans? La verdad es que hasta hace poco siempre he evitado actividades físicas: el deporte, el contacto físico, bailar, la playa, comprar ropa, hacerme fotos,... incluso mirarme al espejo. Quizás todo fuese síntoma de no querer dar importancia a mi cuerpo, pero ¿quien sabe?

Hay pocos indicios más en mi infancia. No me gustaban las muñecas, salvo quizás pinypon y polypockets. No mostré interés en los vestidos, ni en el maquillaje ni nada similar. Si es cierto que me gustaban algunas heroínas de la tele, o que me encantaba el anime de Ranma, en el que el protagonista con el agua fría se vuelve chica. Pero no puedo recordar haber deseado ser chica yo misma.

A estas alturas es imposible saber lo que pensaba a esa edad. Pero es evidente que hubo pistas más adelante. ¿Por qué tardé tanto en darme cuenta? En principio ni sabía lo que era. No había información, y toda la representación que veía era negativa. Recuerdo la película de la Vida de Bryan en donde uno de los chistes es que Loretta sea una mujer trans y que quiera tener un bebé. Nos enseñan a reírnos de eso. Y supongo que yo aprendí a rechazarlo.

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Escena de la vida de Brian en dónde ser trans es el chiste

Ojalá la visibilidad mejore en el futuro. Hace falta ejemplos con los que nos podamos identificar, y que nos ayuden a aceptarnos. Y no ejemplos típicos, sino diversos para que cubran a todo el mundo. Y también necesitamos interiorizar que la única persona que puede decirte quien eres, eres tú misma.

sábado, 9 de febrero de 2019

Erase una vez un hada

Erase una vez un hada que se convirtió en humana. Decía "los humanos son gente maravillosa, pero tienen muchos problemas ¿Cómo podemos nosotras pasar nuestra existencia sin hacer nada por ayudarles?".

Veía lo que sufrían, y los conflictos que tenían, y se le ocurrían soluciones. Era un hada inventora, y sabía que cambiando pocas cosas de la sociedad humana se podrían lograr grandes mejoras. Pero como hada no podía hacer nada por ellos ya que no podía hablarles ni interactuar de manera alguna. Así que volvió a nacer como humana con la intención de transmitirles sus ideas.

Por desgracia al renacer perdió toda la memoria sobre quien era, y aunque su alma feérica persistía dentro de ella, eso mismo también le daba algunos problemas. Los humanos no entendían que se angustiase entre multitudes o en grandes alborotos. Que no fuese capaz de soportar ver el sufrimiento ni las bromas pesadas. Que le costase entender la ironía y se sintiese mal al mentir. O que se abstrayese en mundos de fantasía y no tomase demasiado en serio la vida real.

Tampoco comprendía bien todas las normas humanas sobre como comportarse, vestirse o interactuar. Pero si algo tenía es que era obediente, y aprendió a hacerse invisible para no causar problemas, aun sacrificando su propia identidad.

Así creció esta hadita sin saber quien era. Pero en su interior persistía su deseo de cambiar las cosas. Por su mente fluían ideas: desde herramientas para aprender lenguajes, como maneras de repartir de manera más justa el dinero a los artistas. Se preguntaba cosas como ¿De que sirve que un sólo artista gane miles de veces más que otros? ¿Acaso su arte es miles de veces superior? ¿Acaso no es mejor la diversidad? ¿No es preferible que sean miles de artistas los que vivan con ese dinero desarrollando su arte?

Se le ocurrían miles de maneras de mejorar las cosas. No podía evitar pensar en ello. Y aún peor, no podía dejar de trabajar en ello. A pesar de que todo el mundo esperaba que "sentase la cabeza" trabajando en algo con lo que simplemente poder vivir bien, ella seguía saltando de idea en idea simplemente buscando aquello que sirviese para cambiar el mundo.

Era incapaz de mantener un trabajo fijo durante demasiado tiempo, y enseguida volvía a sus propios proyectos, para desesperación de su familia. Incluso trataron de hacerla más formal enviándola a psicólogos y psiquiatras, pero nada parecía poder borrar sus ilusiones y convertirla en una adulta decente.

Sin embargo durante toda esa lucha por su propia identidad, algo se fue deteriorando dentro del hada. Comenzó a sentir que no tenía sentido vivir así. Que esta no era su vida real y había un camino para liberarse de todo esto. Pero al mismo tiempo tampoco deseaba abandonar a los humanos a los que había conocido. No quería hacerles sufrir y que se pusiesen tristes por su ausencia. Por que el amor a los humanos era algo que nada había podido borrar, aún en un cuerpo humano.

Consideraba que todo el mundo merecía amor y comprensión. Era consciente de que algunos humanos hacían cosas dañinas, pero al mismo tiempo sabía que el motivo era el mundo en el que habían crecido. Sabía que la maldad no era algo con lo que se naciese, y que tampoco nadie decidía convertirse en mala persona. Pero es que además veía que la mayoría de los conflictos humanos se daban entre personas que ni tan siquiera pretendían hacer el mal.

Veía que incluso entre sus amigues había problemas. Veía que muchas veces sus propios miedos e inseguridades les llevaban a hacer daño a los demás, y que en ocasiones ese daño se hacía cada vez más grande cuando dos personas se peleaban. Ella no quería eso, pero no sabía como evitarlo. Sin embargo deseaba poder investigar maneras de que todo el mundo se entendiese mejor, y que pudiesen curar sus heridas para a su vez no hacer daño a los demás.

Pero era consciente de que no era tan fácil. Ella misma había hecho daño a otras personas. Ella misma había prejuzgado a los demás y reaccionado de maneras que sólo empeoraban las cosas. ¿Quien era ella para juzgar a los humanos si ella misma actuaba de esa manera? Era lo que más le horrorizaba de si misma. Cada cierto tiempo recordaba a las personas que había dañado y alejado de si y se sentía muy culpable. Buscaba una y otra vez respuestas a como solucionarlo, pero seguía actuando así contra nuevas personas.

Había quien le decía que no pasaba nada. Que era normal mostrar algo de carácter de vez en cuando. Incluso sano. Pero ella sentía que eso no era parte de su naturaleza. No era quien ella quería ser. Respetaba que los seres humanos pudiesen ser así, pero creía que su propio camino también era válido. Que no era malo ser débil y vulnerable, y tratar de agradar a los demás.

Aquí termina la historia del hada hasta donde yo la conozco. Aún no se si el hada llegaría a conseguir poner en marcha sus ideas, o que los demás la entendiesen y aceptasen tal cual es. Si conseguiría desprenderse de esa parte suya que tanto temía, o si acabaría por volver a su mundo sin lograr sus objetivos es algo que no sé. Ojalá pudiese contar el final de la historia, y que este fuese un final feliz. Pero supongo que todo lo que puedo escribir por ahora es...

CONTINUARÁ.