sábado, 9 de febrero de 2019

Erase una vez un hada

Erase una vez un hada que se convirtió en humana. Decía "los humanos son gente maravillosa, pero tienen muchos problemas ¿Cómo podemos nosotras pasar nuestra existencia sin hacer nada por ayudarles?".

Veía lo que sufrían, y los conflictos que tenían, y se le ocurrían soluciones. Era un hada inventora, y sabía que cambiando pocas cosas de la sociedad humana se podrían lograr grandes mejoras. Pero como hada no podía hacer nada por ellos ya que no podía hablarles ni interactuar de manera alguna. Así que volvió a nacer como humana con la intención de transmitirles sus ideas.

Por desgracia al renacer perdió toda la memoria sobre quien era, y aunque su alma feérica persistía dentro de ella, eso mismo también le daba algunos problemas. Los humanos no entendían que se angustiase entre multitudes o en grandes alborotos. Que no fuese capaz de soportar ver el sufrimiento ni las bromas pesadas. Que le costase entender la ironía y se sintiese mal al mentir. O que se abstrayese en mundos de fantasía y no tomase demasiado en serio la vida real.

Tampoco comprendía bien todas las normas humanas sobre como comportarse, vestirse o interactuar. Pero si algo tenía es que era obediente, y aprendió a hacerse invisible para no causar problemas, aun sacrificando su propia identidad.

Así creció esta hadita sin saber quien era. Pero en su interior persistía su deseo de cambiar las cosas. Por su mente fluían ideas: desde herramientas para aprender lenguajes, como maneras de repartir de manera más justa el dinero a los artistas. Se preguntaba cosas como ¿De que sirve que un sólo artista gane miles de veces más que otros? ¿Acaso su arte es miles de veces superior? ¿Acaso no es mejor la diversidad? ¿No es preferible que sean miles de artistas los que vivan con ese dinero desarrollando su arte?

Se le ocurrían miles de maneras de mejorar las cosas. No podía evitar pensar en ello. Y aún peor, no podía dejar de trabajar en ello. A pesar de que todo el mundo esperaba que "sentase la cabeza" trabajando en algo con lo que simplemente poder vivir bien, ella seguía saltando de idea en idea simplemente buscando aquello que sirviese para cambiar el mundo.

Era incapaz de mantener un trabajo fijo durante demasiado tiempo, y enseguida volvía a sus propios proyectos, para desesperación de su familia. Incluso trataron de hacerla más formal enviándola a psicólogos y psiquiatras, pero nada parecía poder borrar sus ilusiones y convertirla en una adulta decente.

Sin embargo durante toda esa lucha por su propia identidad, algo se fue deteriorando dentro del hada. Comenzó a sentir que no tenía sentido vivir así. Que esta no era su vida real y había un camino para liberarse de todo esto. Pero al mismo tiempo tampoco deseaba abandonar a los humanos a los que había conocido. No quería hacerles sufrir y que se pusiesen tristes por su ausencia. Por que el amor a los humanos era algo que nada había podido borrar, aún en un cuerpo humano.

Consideraba que todo el mundo merecía amor y comprensión. Era consciente de que algunos humanos hacían cosas dañinas, pero al mismo tiempo sabía que el motivo era el mundo en el que habían crecido. Sabía que la maldad no era algo con lo que se naciese, y que tampoco nadie decidía convertirse en mala persona. Pero es que además veía que la mayoría de los conflictos humanos se daban entre personas que ni tan siquiera pretendían hacer el mal.

Veía que incluso entre sus amigues había problemas. Veía que muchas veces sus propios miedos e inseguridades les llevaban a hacer daño a los demás, y que en ocasiones ese daño se hacía cada vez más grande cuando dos personas se peleaban. Ella no quería eso, pero no sabía como evitarlo. Sin embargo deseaba poder investigar maneras de que todo el mundo se entendiese mejor, y que pudiesen curar sus heridas para a su vez no hacer daño a los demás.

Pero era consciente de que no era tan fácil. Ella misma había hecho daño a otras personas. Ella misma había prejuzgado a los demás y reaccionado de maneras que sólo empeoraban las cosas. ¿Quien era ella para juzgar a los humanos si ella misma actuaba de esa manera? Era lo que más le horrorizaba de si misma. Cada cierto tiempo recordaba a las personas que había dañado y alejado de si y se sentía muy culpable. Buscaba una y otra vez respuestas a como solucionarlo, pero seguía actuando así contra nuevas personas.

Había quien le decía que no pasaba nada. Que era normal mostrar algo de carácter de vez en cuando. Incluso sano. Pero ella sentía que eso no era parte de su naturaleza. No era quien ella quería ser. Respetaba que los seres humanos pudiesen ser así, pero creía que su propio camino también era válido. Que no era malo ser débil y vulnerable, y tratar de agradar a los demás.

Aquí termina la historia del hada hasta donde yo la conozco. Aún no se si el hada llegaría a conseguir poner en marcha sus ideas, o que los demás la entendiesen y aceptasen tal cual es. Si conseguiría desprenderse de esa parte suya que tanto temía, o si acabaría por volver a su mundo sin lograr sus objetivos es algo que no sé. Ojalá pudiese contar el final de la historia, y que este fuese un final feliz. Pero supongo que todo lo que puedo escribir por ahora es...

CONTINUARÁ.

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