Hace un par de días se me mojó la ropa que tenía tendida. Me dijeron "cuélgala fuera, que hace buen día" y por la noche llovió. El verdadero problema no está en el dejarla fuera, o el error de quien me lo recomendó, sino en el motivo por el que seguí ese consejo contra mi intención original.
Suelo colgar la ropa dentro por que así lo hago sin pinzas y me da menos trabajo, además de por precaución ante la posibilidad de lluvia. Pero cuando me dijeron que la colgase fuera lo primero que pensé es que me costaría más trabajo, y me sentí culpable. He asumido que el no querer hacer cierto trabajo es motivo para avergonzarme, y ese problema llega hasta tal punto que termino por hacer cosas con el único motivo de hacer dicho esfuerzo, aunque no sea la mejor solución.
La presión social nos influye a veces de esta manera, y es necesario reconocerlo para rectificar. La capacidad de esforzarse es una virtud, sin duda. Pero eso no significa que debamos hacer todo con esfuerzo. Recuerdo cuando me enteré de la existencia de las neveras combi, con el congelador debajo y las cosas más habituales a una altura más accesible. Comenté que esta disposición me parecía una buena idea, y de nuevo se rieron de mi por "no querer agacharme".
Este tipo de cosas te acaban por influir. De hecho son realmente mecanismos de control social. Para que una cultura social se mantenga requiere que sus miembros se influyan mutuamente para corregirles cuando se salen de la norma social. Esto no está mal a la hora de evitar conflictos, pero en ocasiones se tratan de conceptos obsoletos o simplemente estúpidos que no ayudan a nadie.
Hay una percepción generalizada de que las cosas que merecen la pena cuestan. Por ejemplo, a la hora de aprender un idioma. Como sabréis trabajo en ello y de lo que me he dado cuenta es de que aprender un idioma puede costar, si, pero no esfuerzo, sino tiempo. Cuando requiere esfuerzo el aprender es por que se está haciendo algo mal.
Por que al final ¿por qué tenemos que esforzarnos para realizar las cosas? Si se trata de músculos el esfuerzo es un aviso de que estamos llegando al límite de nuestras capacidades. El que nos cueste no es una forma gratuita de entorpecernos, sino una señal que evita que acabemos por lesionarnos al hacer un esfuerzo excesivo.
Lo mismo con el esfuerzo mental. Este se da cuando nos aburrimos (por que la tarea es demasiado sencilla) o nos estresamos (por ser demasiado compleja). Si logramos un punto intermedio, podremos hacer la tarea con mucho menos esfuerzo. Decir que un niño no aprende por que no se esfuerza es una manera de evitar señalar los errores del método y desde luego eso no parece buena idea.
Así que por mi parte mi filosofía es tratar de alcanzar mis objetivos con el mínimo esfuerzo, dado que el esfuerzo es la herramienta, no el fin en si mismo. Y lo siento si la gente cree que he tomado el "camino fácil". Si, lo he hecho, y siempre lo haré. Pero siempre con el objetivo de alcanzar mis metas, no huyendo de ellas por no hacer esfuerzo, que es el verdadero error.
Al final merece la pena que se te moje un poco la ropa para darte cuenta de las cargas innecesarias que has asumido.
Apenas encontré tu Blog y quedé sorprendido. He llevado una vida totalmente distinta a la tuya! y sin embargo tienes un pensamiento casi igual al mío... jeje, qué cosas.
ResponderEliminarLo que dices es verdad, en la naturaleza todo se rige con la Ley del mínimo esfuerzo y la entropía. La naturaleza siempre tenderá a sistemas que exijan la menor energía posible. Es gracioso porque como seres humanos al parecer hacemos todo lo posible por alejarnos de lo natural, al verlo como "salvaje" o "no civilizado" y creamos nuestras propias normas y creencias, casi siempre alejadas de lo que nos dicta el instinto.
¡Muchas gracias, Alexis!
EliminarTu reflexión me parece muy interesante, y no se me había ocurrido verlo así. Pero es cierto: en los procesos naturales prima, como es lógico, la ley del mínimo esfuerzo. También lo veo en programación: Algunas de las técnicas informáticas suelen llevar el adjetivo "perezosas", y aún así presentan ventajas como ser más rápidas o consumir menos.
La cuestión es que veo muchas oportunidades para la sociedad si empezamos a deshacernos de estos complejos y empezamos a actuar de manera más natural.